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Todos los días estamos trabajando y trabajando. Nos sentiremos cansados ​​y, a veces, nos sentiremos confundidos acerca de la vida. Entonces, aquí seleccionamos algunos artículos hermosos de Internet para compartirlos con usted.

Artículo 1. Aprovecha el día y vive el presente

¿Eres de los que dice mucho las siguientes frases? “En un minuto”, “lo haré más tarde” o “lo haré mañana”.

Si es así, ¡elimínelos de su vocabulario inmediatamente y aproveche el día! ¿Por qué? Porque nunca sabemos cuánto tiempo nos queda, ¡y es importante que lo aprovechemos al máximo!

¡Tus hijos son sólo bebés y pequeños por un momento! ¡Toma fotografías! ¡Haz vídeos! ¡Tírate al suelo y juega con ellos! Evite decir “No”, “Tan pronto como termine” o cualquier otro retraso.

¡Sé un buen amigo! ¡Haz visitas! ¡Haz llamadas! ¡Envía tarjetas! ¡Ofrece ayuda! ¡Y asegúrate de hacerles saber a tus amigos lo mucho que significan para ti!

¡Sé el mejor hijo o hija que puedas! Al igual que con tus amigos: ¡comuníquese siempre que sea posible! ¡Hazles saber a tus padres cuánto los amas!

¡Sé un gran dueño de mascota! ¡Asegúrate de prestarles mucha atención y mostrarles mucho amor!

Y por último, pero no menos importante, ¡deja de lado la negatividad! ¡No pierdas ni un segundo en sentimientos de odio o negativos! Déjalo ir y vive el momento, ¡no el pasado! ¡Asegúrate de vivir cada segundo como si fuera el último!

Artículo 2. Puesta de sol

Un día del pasado mes de noviembre tuvimos una puesta de sol extraordinaria.

Estaba caminando por un prado, donde nace un pequeño riachuelo, cuando el sol, poco antes de ponerse, después de un día frío y gris, alcanzó una capa clara en el horizonte. La luz del atardecer, más suave y brillante, caía sobre la hierba seca, sobre las ramas de los árboles del horizonte opuesto y sobre las hojas de los robles de la ladera, mientras nuestras sombras se extendían largamente sobre el prado hacia el este, como si sólo estuviéramos motas en sus vigas. Era una vista tan hermosa que no podríamos haber imaginado un momento antes, y el aire era tan cálido y sereno que no hacía falta nada para hacer de ese prado un paraíso.

El sol se puso en aquel prado retirado, donde no se veía ninguna casa, con toda la gloria y esplendor que prodigaba a las ciudades, como nunca antes se había puesto. Sólo había un solitario halcón de los pantanos con las alas doradas por la luz dorada. Un ermitaño miró desde su cabaña y un pequeño riachuelo de vetas negras serpenteaba a través del pantano. Mientras caminábamos bajo esa luz pura y brillante que doraba la hierba y las hojas marchitas, pensé que nunca me había bañado una inundación tan dorada, y que nunca más me bañaría.

Entonces, amigos míos, ¡disfruten cada día!